Irreverencia ante el pudor

Irreverencia ante el pudor

A las niñas desde pequeñas se nos ha dicho, cierra las piernas, no te pongas las manos en la cintura – es que así se paran las putas -, no opines, sonríe, sé disimulada, siempre la hipocresía por delante, si te molesta algo, espera, guárdalo y después destruyes… así acumulamos toda la mierda posible, odio, ganas, desesperanza, tanta que en algún momento nos rebasa y pasan cosas como la siguiente: Hace unos días, estaba yo comiendo en una taguarita vegetariana por sabana grande, entonces súbitamente una señora, típica portavoz de la clase media, blanca, con su cabellera teñida y planchada, se acerca a mí, indignada y me dice, mira niña, acaso no tienes pudor!, yo no entendía que coño era lo que esa pana estaba tratando de decirme, sí tú, es que acaso no tienes pudor!, donde quedó tu moral, descarada, le estas mostrando las pantaletas a todo el mundo! Es que no te da pena!. De momento quedé pasmada, un regaño tipo abuela cascarrabias y yo que llevaba años sin esas demostraciones de afecto… Al volver en mí, empecé a sentirme posesa por la rabia y terminé respondiéndole, qué, qué?! Pena?!, Pudor?! Señora usted sabe cuántas Mujeres no tienen orgasmos por el Maldito Pudor! No vale, en esta época eso ya es el colmo. Hasta cuándo una como mujer, tiene que lidiar con las dietas de mierda, con el estás godita – frase célebre siempre acompañada de la respectiva mirada de arriba abajo y la cara de asco - , y cuándo es que te vas a poner las pilas, mira que el tiempo pasa… se te va tu tren mi amorcita… Nos culpabilizan hasta porque la ropa a la cual tenemos acceso es sólo para anoréxicas, no está diseñada para latinas culonas, como somos casi todas por estos lares, entonces te pones un pantalón, te aprieta, se te baja porque el culo no te entra y lo único que podemos hacer es normalizar el mostrar las braguetas, total, cual es el rollo… Pero no, la gente se molesta porque se ve tan fea una pantaleta saliendo de un culo regordete y negro, porque seguro que un componente de racismo tuvo que estar presente en esa insigne señora venezolana… ay sí, será que ella nunca se tripeo una de disfraces… En todo caso, por qué le indigna tanto una simple pantaletica, si es que ese día hasta andaba decente, cargaba una rosada de rayitas y corazoncitos.

No señora, a usted lo que le falta, antes de estirar la pata es explorar su sexualidad, la invito, desnúdese, mire su cuerpo de pies a cabeza – eso sí, antes mande al demonio los cánones capitalistas de belleza -, admire su piel, tóquese, es que si no se toca, pues nadie va a saber tocarla donde usted quiera, donde a usted le gusta, porque con esa rigidez capaz y no sabe si quiera donde está su clítoris, siéntase, imagínese todos los falos del universo y usted nadando en ellos, ejercítese, seguro que usted ya anda con el peo este de la hipertensión y tal, pues, bueno, aproveche, este es un ejercicio cardiovascular de´l carajo manejado por usted misma. Después que sienta que realmente tiene el control sobre su cuerpo y que haya dejado atrás los golpes de pecho por ello. Entonces proceda con su pareja… Condúzcalo/la a conocerse… Así estará tan ocupada que ya no tendrá tiempo para arrecharse cada vez que vea una pantaletica saliendo de un culo negroide.

Autora:
Aura Tampoa