domingo, 17 de agosto de 2008

UCV: PATRIMONIO DE LA NADA

La conservación de los espacios atañe e involucra a toda la población que hace vida dentro de la Universidad Central de Venezuela, sin embargo pareciese que la preservación del campus universitario fuese un problema novedoso y que su acometida estuviera por encima de la solución de otros problemas a los que se enfrenta la Universidad.

Esperamos que un ente internacional, completamente ajeno a nuestro contexto, hiciera una declaración para empezar a preocuparnos por la conservación de la Universidad pero no nos preocupamos cuando la Junta Nacional Protectora y Conservadora del Patrimonio Histórico y Artístico de la Nación nos nombró Monumento Histórico Nacional en 1994 o cuando se ratificó este nombramiento en 1998 por parte del Instituto de Patrimonio Cultural o cuando en 1989 DOCOMOMO (Documentación y Conservación de edificios, sitios y urbanizaciones del Movimiento Moderno) nos colocó como una de las 20 obras más importantes del siglo XX si lo que se esperaba para hacer frente al “problema” de la conservación era el reconocimiento de algún organismo internacional (ya que no comenzamos por iniciativa propia ni con el reconocimiento de organismos nacionales).

Hacemos alarde de ser Patrimonio Cultural de la Humanidad cuando no hemos sido capaces de generar en 50 años políticas y programas efectivos de mantenimiento y conservación aun cuando contamos con recursos como la Facultad de Arquitectura, Ingeniería, Ciencias, Humanidades y Educación, Ciencias Económicas y Sociales, Agronomía. Tenemos organismos que parecieran justificar su creación y financiamiento usando paliativos ínfimos y campañas que no invitan sino a la ridiculización y minimización de la importancia de la conservación del espacio…

Pareciera que “los que están a cargo” (porque tampoco da nadie la cara) se dedican a experimentar con los recursos y parecieran regodearse en su incapacidad para formular políticas, planes y proyectos sensatos, pretendiendo además aprovecharse de estudiantes, egresados, empleados, obreros, profesores y jubilados para cubrir sus faltas invitándonos a unirnos a campañas para las que la propia Universidad debería procurar tanto el recurso humano como el material.

Con la expectativa y focos de atención que se crean alrededor de la Declaración de Patrimonio parecieran comprarnos para no hacer frente a problemas cuyo trasfondo hace conveniente su invisibilización: falta de profesores, poco apoyo a la investigación, falta de espacios físicos, profesores, empleados y obreros subpagados, deficiencia de servicios, abuso por parte de los profesores, desaparición de partidas, falta de recurso humano, deficiencias en el mantenimiento de edificios y áreas verdes, deficiencias en el Comedor Universitario, insuficiencias en el mantenimiento y dotación del Hospital Universitario, corrupción en la administración, beneficios estudiantiles insuficientes…Nos invitan a una participación en la que la crítica no tiene cabida para que podamos hacernos la vista gorda de los problemas que aquejan a nuestra Universidad y que merman la calidad de formación y la calidad de nuestra estadía en ella así como la estadía del personal que allí labora.

La Psicología Social nos habla de la relación de las personas con el espacio urbano y de la construcción del sentido de pertenencia alrededor de este espacio y su significado ¿qué podemos esperar en la UCV cuando la conservación y mantenimiento del espacio parece estar representada por la formulación de planes, proyectos y construcciones en los que el principal objetivo aparentemente es la distracción y las facilidades de enriquecimiento?

Quizá quieren conservar
o quizá quieren hacerse de algunos centavos
y que a su paso podamos escuchar sus bolsillos tintinear
con el sonido de la corrupción

Enrique González

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